lunes, 23 de septiembre de 2013

RECUPERANDO LA VIDA QUE NUNCA SE PERDIO


Es absolutamente normal en esta época de “crisis” ver a la mayoría de la gente completamente estresada, con sus mentes fuera del momento presente,  y enfocadas hacia un futuro incierto marcado por los designios de una sociedad errante, decadente, corrupta y estúpida.



Basta poner un simple telediario de los que “curiosamente” se emiten a la hora de la comida, para saber  de que estoy hablando. Con cada cucharada de comida el número de tragedias oscila entre tres y cinco mil… lo que supone que al final de la comida nos habremos engullido unos cientos de muertos, varias violaciones, una docena de guerras y como no… nuevos +casos de corrupción que nos llevan a pensar en la política de:” sálvese el que pueda”  como medio de sobrevivir en el maremagno actual, y ahí se encuentra la humanidad, en el contrapunto entre su afán de enriquecerse como medio de escapar de las desgracias y el saber con certeza que eso no es lo primordial…

Lo esencial además curiosamente es gratis, por que no es más que la vida misma sucediendo, el cuerpo sin mente respirando en acción, fluyendo a cada instante sin ataduras, sin miedos, sin prejuicios, regustándose a sí mismo por el mero hecho de “SER” aquí y ahora lo que representa la máxima meta a la que puede aspirar un “ Ser humano”, y desde esa posición de plenitud relacionarse con los demás para crear armonía de vida en este planeta.

Pero ya se encarga esta sociedad de ponernos las pegas necesarias para que nadie llegue a darse cuenta de esta simple verdad.
Esta sociedad lo que pretende a través de los estamentos establecidos es manipularnos desde que nacemos para que nos convirtamos en unas ovejas buenas, obedientes, manipulables, y sobre todo muy trabajadoras.

Observen como está el asunto, los padres trabajan los dos por lo que los niños, en el caso de que se tengan, deben de dejarse en manos de los abuelos (ya de por sí estresados) o lo que es peor en manos de extraños en una guardería donde el niño comenzará a sufrir el síndrome del “abandonado” llenándose de problemas que curiosamente antes no padecía.

Los maestros son privados de su autoridad al igual que los padres, con lo cual ese niño abandonado y ya resabiado camina sin límites por los derroteros de la vida y se hace con el poder ilimitado de hacer lo que le de la gana pues sabe perfectamente que no encontrará castigo alguno superior al dolor que ha ido sufriendo durante su crecimiento. Dolor, sí dolor, dolor de crecer sin la compañía de sus padres, de verles estresados, mal humorados y cansados, dolor de ver como estas situaciones llevan a trágicas separaciones que ellos viven en primera persona, dolor de ver el hogar aniquilado lo que les lleva a buscarse un refugio seguro en el grupo de amigos, o de una banda, dolor de ver como esta sociedad no les ofrece nada de nada aunque lo parezca, y lo que no podemos olvidar es que los niños de hoy son los adultos del mañana y si no cuidamos la educación de estas generaciones incipientes jamás terminaremos con el problema base.

No voy a extenderme en el desasosiego general por la falta de trabajo digno, de perspectivas de futuro, de la simple  ilusión, la gente ahora mismo está desilusionada y muy decepcionada, y cada uno trata de sobrevivir como puede, jugando lo mejor que sabe las cartas de la vida.

Desde aquí nada más pretendo que nadie se olvide de que la vida no tiene que ver con nada ni con nadie, simplemente es el fluir del universo a través de todas las formas manifiestas y esto amigos míos no deja de ocurrir nunca, estemos tristes, alegres, seamos ricos, pobres, altos bajos da igual, la vida se puede recuperar en un instante, pues nunca se pierde y afortunadamente no depende del estar ni del parecer, sino de darnos cuenta de que simplemente somos seres humanos en movimiento, que sienten con el corazón y se realizan en sus acciones.

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