ESTIMADOS ASCURIANOS:
Con el fin de mantener siempre vivo nuestro blog, iré publicando artículos estimo interesantes acerca de los más diferentes temas.
Voy a empezar con un artículo acerca de la depresión que tanto está de moda últimamente, aunque personalmente creo que hay más decepciones que depresiones.
Aquí os dejo con su lectura espero os guste...
Si conociéramos las cifras de personas que actualmente toman
ansiolíticos y antidepresivos nos quedaríamos realmente perplejos. La mayoría
de esta gente llegó de una forma u otra a tocar fondo y terminó optando por la
ingesta de las píldoras maravillosas para aplacar las múltiples y desagradables
sensaciones que provoca la mente en
nuestro cuerpo físico cuando nos hallamos inmersos en esos trances.
Ahora bien, aquí cabe una apreciación importante, y es que
la mayoría de la gente que dice estar deprimida, en realidad lo que está es
decepcionada. Se utiliza muy a la ligera el término “depresión” y enseguida
sacamos a relucir la palabra comodín
para explicar cualquier estado de ánimo que conlleve tristeza y
abatimiento sin fijarse en el origen de los conflictos y/o emociones que nos
han llevado a tan ingrato destino.
Más adecuado sería hablar de decepción ya que es el estado
en el que se encuentran muchas de estas personas. Cuando nos ocurre algo en la
vida reaccionamos ante ello en primer lugar de forma visceral, en segundo lugar
de forma mental, y nuestras reacciones, vendrán marcadas por nuestra educación
y nuestras vivencias anteriores que condicionarán que esa reacción sea de un
tipo o de otro.
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Ilustración: Lolo |
Es muy fácil en esas circunstancias confundir una depresión
con una decepción. La depresión es algo muy serio y muy profundo, el cuerpo
pierde su pulsación interna, su vitalidad, su capacidad de relacionarse con el
mundo real, sólo se desea desaparecer en soledad, reuimos de todos y de todo,
hasta de nosotros mismos y llega un momento en que ni siquiera nos importa
vivir o morir. En cambio en una decepción la cosa es diferente, podemos
relacionarnos lo necesario para no peder el contacto con el mundo, salir aunque
estemos abatidos, ocuparnos de nosotros, en definitiva, aunque sea con lo
justo.
En la decepción vagamos por la vida afligidos, como
auténticos zombis vivientes a merced del baile emocional que nos procura la
mente cuando le damos nuestro mano para bailar a su macabro compás y cuando ese
baile nos genera malestar, recurrimos a las pociones mágicas que dan la
felicidad, no porque te hagan feliz, sino porque incluso te anulan la capacidad
de llegar a serlo, y de esta manera quedamos serenos y calmaditos por una
temporada hasta que el volcán interior ruja de nuevo.
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Ilustración: Lolo |
Cuidemos la morada interior, no la abandonemos a la suerte
de ocupas indeseables, vivamos en presente consciente y jamás caeremos en esos
procesos que llevan a tan indeseables sentires.
Para los que se hallen inmersos de alguna manera en uno de
esos estados, un simple consejo: Sí usted está leyendo esto, es porqué está
VIVO…Sí usted está vivo significa que usted está RESPIRANDO y la respiración es
la vida, siéntala, sienta ese respirar que nos conecta con la vida, aumente su
amplitud, aumente su energía a través de ello y dese cuenta de que usted es la misma vida fluyendo y que
por encima de cualquier cosa usted es simplemente ESO. Engánchese, conéctese a
su sí mismo y recupere lo que nunca perdió, lo que nadie jamás podrá
arrebatarle es esa mágica consciencia de ser viviente que portamos en nuestro
vehículo corporal y que a fin de cuentas es lo que somos, un trocito de
universo experimentándose a sí mismo.
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